A principio de los años 60, el gobierno cubano prohíbe la compra – venta y la importación de automóviles. En ese momento Cuba tenía 24 autos por cada mil habitantes, o sea unos 160 000 automóviles. Las prohibiciones se implementan para limitar el movimiento de las personas y el consumo de combustible.
Teniendo el gobierno el monopolio absoluto, permite a los dueños de automóviles mantener solo uno en su poder e importa reducidas cantidades de automóviles principalmente desde la antigua Unión Soviética y Polonia, los cuales pueden ser adquiridos sólo a través de méritos en los centros laborales. De esta forma, se crean privilegios para los más fieles al gobierno.
En el 2011, el gobierno deroga las prohibiciones de compra – venta, pero no legaliza las miles de transacciones que se habían efectuado en la población. A los problemas mencionados, se suma el deterioro de las infraestructuras viales, la falta de piezas de repuesto, la antigüedad del parque vehicular, la precariedad del transporte público de pasajeros y la falta de leyes e infraestructuras que aumenten la seguridad del transporte.
Al desaparecer la Unión Soviética, se les permite a personas de ciertas profesiones, como artistas, militares y médicos comprar automóviles, sobre todo automóviles usados que han sido dados de baja de otros usos, como la renta de autos a los turistas, siempre que estas personas hayan ingresado divisas al gobierno en una cantidad proporcionalmente mayor.
El procedimiento consistía en que las personas recibían una carta de autorización para la compra de autos emitida por el Ministerio del transporte. Según el periódico Trabajadores había unas 4 000 personas con cartas autorizadas, esperando la posibilidad para comprar auto. El gobierno des vendía los autos a un precio de 4 000 a 15 000 CUC.
El 5 de septiembre del 2013, Robertico Carcasés, durante un concierto oficial, pide al gobierno que le venda el auto, después de 2 años de espera con su carta. Robertico es sancionado y sus conciertos son cancelados, aunque la sanción es retirada más tarde.
El 31 de Diciembre del 2013, el gobierno emite el decreto 320, donde permite que las entidades monopolistas estatales vendan vehículos a la población y establece precios mínimos de las transacciones. Los precios establecidos por el gobierno son 10 veces superiores a los precios de vehículos similares en otros países. Los vehículos hay que pagarlos al contado.
El vice-presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, debido al descontento popular, autoriza a la prensa cubana a comentar el tema. El artículo del 18 de enero del 2014 en el periódico Trabajadores dice:
¨En un reciente encuentro del Comité Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba al que asistió Miguel Díaz-Canel Bermúdez, primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, se debatió sobre el tema y hubo consenso en el gremio de la prensa sobre la necesidad de romper el silencio que han mantenido los medios cubanos en torno a esta medida¨
Según el censo del 2012, la población posee 169 750 autos, una de las 5 tasas per cápita más bajas del mundo. El censo no presenta los datos relacionados con la edad promedio de los autos, pero lo más probable es que sea la más alta del mundo. Los dueños de los autos que Cuba importó en los años 50, y que se mantienen rodando en las carreteras cubanas, son los grandes héroes que supieron sobrevivir prohibiciones y limitaciones materiales de todo tipo, destinadas a eliminar el pequeño espacio a la propiedad privada que existe en Cuba.
Fuentes; ONEI, Trabajadores, venta de autos en Cuba: precios sin timón, Cubafacts.