Gas licuado foresightcuba, November 21, 2024November 21, 2024 Ante la falta de electricidad en los hogares, causada por la insuficiente generación de energía, se ha vuelto imprescindible recurrir a otros combustibles para cocinar. El gas manufacturado sigue siendo el combustible más común en los hogares cubanos, aunque su infraestructura, al igual que otros sectores, se encuentra obsoleta. No se han construido nuevas redes para la transmisión de gas, y la producción ha disminuido un 23% desde 2013. La producción de gas licuado, distribuido a la población en las llamadas balitas, ha sufrido una reducción del 84% desde 1989. Esta caída en la producción se ha compensado parcialmente con importaciones, las cuales incluso han superado la producción de gas manufacturado. Sin embargo, este año se han registrado interrupciones en las importaciones, lo que ha provocado la suspensión de la venta de gas a la población. Las familias de las provincias occidentales, incluida la capital, enfrentan la doble crisis de la falta de electricidad y la ausencia de gas para cocinar. En marzo de 2024, CUPET incrementó el precio oficial de una balita de 10 kg a 225 pesos y el de una balita de 45 kg a 1014 pesos. En el mercado negro, el precio se dispara hasta los 29,000 pesos. Unos 1.7 millones de clientes utilizan gas licuado para cocinar en Cuba. A la crisis del combustible para cocinar se suma la escasez de agua y alimentos. La Unión Cuba-Petróleo (CUPET) no proporciona información sobre cuántas personas están afectadas por la combinación de todos estos factores. Cabe destacar que no todos tienen derecho a comprar gas licuado: únicamente los clientes previamente contratados pueden acceder a este servicio. Las personas sin contrato solo tienen como alternativa recurrir al mercado negro para obtener gas y poder cocinar. A esto se añade la insuficiencia de balitas disponibles y las restricciones en los contratos por vivienda. El racionamiento establece una asignación anual de 83 kg por persona en hogares unipersonales; 70 kg por persona en núcleos de dos; 57 kg para tres integrantes, y 43.75 kg por persona en familias de más de cuatro miembros. En términos de frecuencia, una persona tiene derecho a comprar una balita de gas de 10 kg cada 44 días o una de 45 kg cada 199 días. Para núcleos más numerosos, este intervalo se reduce, pero no garantiza la disponibilidad del combustible en el momento de compra. En circunstancias normales, la diversificación de combustibles para la cocción doméstica podría representar un avance en la calidad de vida. Sin embargo, en las condiciones actuales de Cuba, significa una alarmante falta de opciones. El consumo de otros combustibles ha disminuido drásticamente: el alcohol pasó de 1,040 mil hectolitros en 1991 a solo 137 mil en 2022; el carbón cayó de 21.6 mil toneladas a 6.4 mil; y el keroseno de 599 mil toneladas a apenas 59 mil en el mismo período. Fuentes. CubaTramite Liquefied Gas in Cuba by ForesightCuba The Struggle for Cooking Fuel Amid Declining Production and Rising Prices Read on Substack Economía Energia